domingo, 21 de junio de 2015

Por el escándalo de Servicoop, Sastre quedó fuera de la lista provincial del ChuSoTo

Luego del escandaloso veto que obliga a los madrynenses a pagar más caras la luz y el agua, Mario Das Neves no le permitió a Ricardo Sastre “colocar” ni un solo diputado por Puerto Madryn y lo dejó navegando en su charquito como “capitán” de barquito de tapita de botella. Con ello, Madryn quedó sin ninguna representación expectante en la lista del ChuSoTo de Das Neves a la Legislatura Provincial. Consecuencias de una maniobra desesperada para financiar la campaña.

La “cachetada” que el intendente Ricardo Sastre le dio a todos los madrynenses, con la complicidad de su compañera de fórmula en el ChuSoTo, Xenia Gabella, el candidato a concejal por ese partido Miguel Antín, y la apóstata Virginia Menghini, -que pretendía ser candidata a diputada provincial subiéndose a último momento al ChuSoTo de Das Neves-, provocó un fuerte rechazo en toda la población y una mayor degradación de la escasa imagen que podía quedarle al candidato “dasnevista” Ricardo Sastre.

La poco inteligente mentira de haber dicho que iba a promulgar la ordenanza que beneficiaba a los bolsillos y mesas de todos los madrynenses, y luego haberla vetado provocando un fuerte perjuicio a cada familia de la ciudad, provocó una nueva fuga de votantes del ChuSoTo. Todo, en pos de incrementar las alicaídas finanzas de la Servicoop, que pese a prestar un pésimo servicio sigue siendo un botín interesante que controla Ricardo Sastre, el cual podría ayudarlo en la campaña.

Tamaña falsedad y cachetada a todos los madrynenses, y el consecuente perjuicio electoral provocado a Das Neves, generó un nuevo enojo de parte del mandamás del ChuSoTo y, acostumbrado a hacer sentir el yugo, inmediatamente llegó la sanción, y con ello el “sastrismo” quedó completamente fuera, sin representación ninguna, en ninguna de las listas para el próximo turno electoral.

Das Neves no le permitió siquiera la mínima participación en ninguno de los cargos electivos provinciales, menos aún en aquellos que puedan tener alguna expectativa de acceder a un puesto de empleo. Es más, el único madrynense que quedó encaramado en el ChuSoTo de Das Neves es un “anti-sastrista”, lo que profundizó aún más la fractura entre sastristas y dasnevistas. Igualmente, sólo va de suplente en una lista nacional, con muy bajas expectativas de lograr alguna representatividad.

En ese marco, se supo también que el intendente Ricardo Sastre habría estado empecinado en que sea su hermano mellizo (y doble de riesgo en algunas grabaciones de cámaras de seguridad), Gustavo, quien pueda conseguir un puestito asalariado como diputado provincial poniéndolo en un sitio expectante, intentando operar para favorecer nuevamente a familiares directos insertándolos con salarios nada despreciables en puestos que les permitan salarios estatales que en el privado jamás lograrían por mérito propio.

Pero esta vez no le fue tan bien, ya que en la feroz interna por quién es más en el ChuSoTo de Das Neves, los dasnevistas anti-sastristas, los verdaderos dasnevistas de paladar negro, se impusieron y le dejaron fuera de la lista de candidatos a diputados provinciales no sólo a su hermano mellizo, sino incluso a la tan glamorosa como apóstata Virginia Menghini, quien abandonó el Frente Para la Victoria con el objetivo de acceder a una banca en la Legislatura.

Referentes internos del dasnevismo aseguran que las últimas decisiones de gobierno adoptadas por Sastre (léase Sastre-Servicoop-concejales adictos al sastrismo), con las que dejaron traslucir el comprometido grado de connivencia existente entre el directorio de la Cooperativa Servicoop, el Ejecutivo Municipal y el Legislativo comunal, terminaron de colmar el vaso.

Y así es como en el ChuSoTo, donde a Jerónimo García lo llaman “La Cigüeña”, comenzaron a apodar “Martineta” a Ricardo Sastre. Según dicen por lo bajo, el apodo sería por ser un “animal de vuelo corto”, rápido para el disimulo, que cuando está en aprietos se hace el rengo de ala quebrada, y por ser un “pajarón” que no mide ni la mitad de lo que mide “El Ganso”.

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